En algunas teorías obsoletas, el éter era una hipotética sustancia extremadamente ligera que se creía que ocupaba todos los espacios vacíos como un fluido.
Éter en la antigüedad
Etimología
La palabra proviene del latín æthēr y ésta del griego αἰθήρ aithēr, 'cielo, firmamento', que deriva de la raíz indoeuropea *aydh- ‘arder, fuego’. Esta raíz aparece en otros nombres relacionados con el fuego y el esplendor del cielo como el nombre Aithiopia (Etiopía), que significa 'cara quemada (de raza negra)'. Como sustancia, se hablaba del éter desde épocas presocráticas (antes del siglo V a. C.), como uno de los cinco elementos de la naturaleza: tierra, agua, fuego, aire y éter.
En las creencias griegas el éter era una sustancia brillante que respiraban los dioses, en contraste con el pesado aire que respiran los mortales. El término aparece tanto en la física aristotélica como en la antigua teoría electromagnética de finales del siglo XIX.
El éter en la filosofía de Aristóteles
Para Aristóteles (384–322 a. C.) el éter era el elemento material del que estaba compuesto el llamado mundo supralunar, mientras que el mundo sublunar está formado por los famosos cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego.
A diferencia de éstos, el éter es para Aristóteles un elemento más sutil y más ligero, más perfecto que los otros cuatro (la física de Aristóteles es cualitativa, más que cuantitativa) y, sobre todo, su movimiento natural es circular, a diferencia del movimiento natural de los otros cuatro, que es rectilíneo.
En la India
En la India se conoce el éter con el nombre de akasha. En la cosmología sankhia se habla de los pañcha mahā bhūta (cinco elementos principales), cada uno ocho veces más sutil que el anterior: Tierra (bhumi), Agua (apu), Fuego (agní), Aire (vaiu) y Éter (akasha). Fue ampliamente diseminada en China e India, donde forma la base tanto del budismo como del hinduismo.
En la Edad Media
Durante la Edad Media —tras la recuperación de la filosofía aristotélica, el término aether, justamente por ser el quinto elemento material reconocido por Aristóteles, comenzó a ser llamado así (quinto elemento) o también qüinta essentia, de donde viene la expresión quintaesencia (usada en la cosmología actual para referirse a la energía oscura).
Fuente: wikipedia
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